No dejo de insistir de la necesidad de tener bien en cuenta de dos elementos fundamentales a la hora de pintar un paisaje, las rocas y el agua.

Elementos fundamentales a la hora de pintar un paisaje, las rocas y el agua | Nelson G. Pujol

A lo largo del tiempo que llevo dedicado al oficio de la pintura he visto obras que pudiéndose calificar de poseer una buena factura, perder todo su encanto por no lograr presentar de forma convincente alguno o los dos de estos elementos mencionados, e incluso no siendo estos el motivo central de la obra.

Y REFIRIÉNDOME EN ESTA OCASIÓN SOLO AL AGUA

Propongo a modo de ejemplo el salto de agua de Soroa.

Para los que no lo conocen, se trata de una caída de agua en una zona intrincada del occidente de Cuba, la que vista desde la base hacia arriba en la temporada de lluvias en la que aumenta su caudal, nos regala un bello espectáculo desde cualquier ángulo que se observe que pide a gritos que lo lleven al lienzo.

Un bello espectáculo desde cualquier ángulo que se observe

Y partiendo de esta premisa y contando con la cámara adecuada se pueden tomar todas las imágenes que se consideren necesarias para dar los primeros que den inicio a la obra.

AHORA, ¿CUANDO COMIENZAN LOS PROBLEMAS?

Desde el mismo momento en que se toman las fotos comienzan los problemas.

¿POR QUE?

1) Porque al ser una imagen que en todo su conjunto se encuentra en constante movimiento, al congelarse este en la foto, se pierde lo fundamental, el MOVIMIENTO.

2) A esto se le agrega el que desde la cámara fotográfica hasta la impresión de la imagen en la cartulina todo transcurre bajo un proceso totalmente industrial, con esto no niego el desarrollo cada día más perfeccionado de la fotografía y en el que nos apoyamos para realizar nuestro propio trabajo.

3) También es de señalar que tanto la fotografía como la pintura son dos formas muy valederas de hacer arte, pero muy diferentes.

4) Otra cosa a tener en cuenta en todo esto, es que nadie cuestiona una fotografía, todo lo que en ella aparece se da por real, aunque esto no sea así, porque como ya dije anteriormente, se perdió lo fundamental, el movimiento, el que se apreciaba hasta el instante mismo anterior a aptetar el obturador de la cámara.

5) Y es por esta simple razón que una pintura puede arruinarse, aún no notándose siquiera diferencia alguna entre la fotografía que le dio origen a la pintura y la obra resultante. ¿Por qué? Símplemente porque en toda la ejecución de la obra, si estuvo presente la mano del artista, teniendo este la responsabilidad de lograr, con mayor o menor éxito el devolverle a la misma el movimiento al agua que había perdido en la fotografía, siendo por tanto el único capaz de transformar una bella imagen, en una obra de arte, estando además consciente de la ingratitud acompañante a este trabajo, y es que a medida que el artista logre más realismo en la obra, con más interés el observador buscará fallos en la misma.

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