Para tratar de compartir mi experiencia sobre este tema, lo haré de la forma más sencilla posible, apoyándome a modo de ejemplo, en los pasos fundamentales que sigo en la realización del cielo.

Integración y difuminación en la pintura del paisaje
Integración y difuminación en la pintura del paisaje | Nelson González Pujol

Para facilitar la explicación como en otras ocaciones la haré por pasos.

1) Para mi es en las marinas donde más dificultad encuentro en la realización de la línea del horizonte, por ser en estas donde generalmente alcanzan más extensión las mismas, aunque en ocasiones estas puedan estar interrumpidas por formaciones rocosas o de otra naturaleza.

Realización de la línea del horizonte
Realización de la línea del horizonte

2) Es muy importante tener en cuenta que esta línea aparte de tener que ser totalmente horizontal, nunca podrá verse como una línea cortante entre el cielo y el mar, tiene que apreciarse en toda su extensión pero a la vez integradora de cielo y mar.

3) Y es a partir de ahí, de esa línea indefinida pero presente, que doy comienzo al cielo en la obra, y digo comienzo, porque yo en particular, dejo la ejecución del cielo para el final de la obra, aunque previamente haya dado un plano de color azul claro en la zona que abarca este, para definir espacios y que me sirva de orientación en el conjunto de la obra.

Definición de espacios que sirva de orientación en el conjunto de la obra
Definición de espacios que sirva de orientación en el conjunto de la obra

4) Ahora trataré de describir de la forma más breve posible, como acometo el trabajo para lograr el color base del cielo. Para esto doy comienzo subdividiendo la franja correspondiente al cielo, en otras tres franjas horizontale de dimensiones variables acorde al resultado final que deseo obtener. La primera de estas franjas, que incluye la línea del horizonte, la asumo de un color azul claro sin modificación de tono. En la segunda, a continuación de la anterior con una frontera lo menos definida posible, comienzo a oscurecer el tono del azul inicial de forma suave pero sostenida a medida que voy subiendo hacia la tercera franja, y en esta última, ya de una forma más intensa oscurezco el tono hasta llegar al deseado en la parte superior de la obra. Y ya obtenidos los tonos increscentos deseados en las tres franjas, me dedico a hacer desaparecer todo vestigio de frontera que pudiera quedar en las zonas de contacto, logrando al final una degradación inversa de tonos, desde el azul más intenso en la parte superior del cuadro, al más claro en la línea inferior del horizonte.

Tres zonas fundamentales al dar comienzo a la ejecución del cielo
Tres zonas fundamentales al dar comienzo a la ejecución del cielo

5) Y ya a continuación se sigue subiendo con el cielo hasta el borde superior del cuadro, oscureciendose este tono de azul cerúleo inicial, por ejemplo con azul cobalto, el que se irá añadiendo paulatinamente hasta llegar al borde superior del lienzo, con un azul más intenso, quedando esta intensidad a criterio del artista.

6) Todo este cambio de tonalidades en el cielo tiene que ser como ya dije, paulatino y muy difuminado para que no se aprecien marcas en el lienzo de los cambios en las tonalidades.

Cambio de tonalidades en el cielo
Cambio de tonalidades en el cielo

7) A continuación de haberse cumplimentado esta etapa anterior, hay que esperar uno, dos o a lo mejor más días, de acuerdo a la humedad ambiental, para comenzar con las nubes, porque lo mismo que sucede en la integración del mar con el cielo, sucede con el cielo y las nubes, el azul del cielo no puede estar acabado de dar, pero tampoco puede estar completamente seco, es lo que en Cuba conocemos como que la pintura “muerda”, es un punto en la transición del secado de la pintura en la que al tocarla no manche la llema del dedo, pero que se note la sensación pegarse a ella. También hay que recordar que mientras mas blanco se emplee para aclarar tonos, más se demora en secar la pintura.

8) Una vez escogido el tipo o tipos de nubes a pintar se comienza con el blanco a darle forma a las mismas, a la vez de ir integrando los bordes de estas con el cielo.

Dando forma a los distintos tipos de nubes
Dando forma a los distintos tipos de nubes

9) Algo imprescindible e imposible de obviar, es el volumen que en mayor o menor grado, en función al tipo de nubes escogidas y al criterio de artista tienen que tener estas. ¿Y como lograrlo?, de la única forma en que se puede lograr en una superficie plana, en nuestro caso el lienza, a base de luces y sombras.

10) Y para esto, algo primordial e inviolable, es tener en cuenta y además bien definido, el ángulo en que inciden los rayos del sol en las nubes y los colores a utilizar para lograr los distintos tonos de sombras, en mi caso, estos tonos los logro a base fundamentalmente los colores azul cobalto, azul prusia, gris pyne, etc., habiendo a parte de estos que me vienen en estos momentos a la mente, otras combinaciones de colores para lograr tonos que tienen que ver conque la obra refleje un día brillante, o gris, o tormentoso, o que el tema principal de la misma sea un amanecer, o un atardecer, etc.

Colores a utilizar para lograr los distintos tonos de sombras en las nubes
Colores a utilizar para lograr los distintos tonos de sombras en las nubes

11) Además, si se desea dar en algunas zonas de las nubes, principalmente en los bordes más expuestos a los rayos del sol, luces más intensas, recordar que estas se pueden lograr a base de blanco con toques de amarillo nápoles o anaranjado.

Luces más intensas en algunas zonas de las nubes
Luces más intensas en algunas zonas de las nubes

12) Y por último no dejar de recalcar en dos puntos a mi criterio de mucha importancia. En el primero, referente a las nubes que como en todo el resto de la obra, tener siempre muy presente la difuminación. Y el segundo, respecto al cielo, que este, salvo que sea el tema principal de la obra, nunca debe de competir en protagonismo con el tema central de esta, para no desviar la atención del observador, pero si mantener un nivel decoroso al nivel de esta.

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