En esta ocasión quiero referirme de forma muy particular, a mi experiencia en tres campos diferentes en el modo de expresión de la pintura, y por supuesto con características muy propias en cada uno de estos campos.
EL REALISMO EN LA PINTURA
Como siempre digo, y sigo manteniendo, trabajo el realismo en la pintura del paisaje por ser esta la forma de expresión que más me gusta y disfruto con su realización.

Lo cual me lleva a pensar que probablemente esto se pueda deber a que considero pintura del paisaje infinita, por presentarme constantemente nuevos retos a superar, obligándome con ello a una superación constante en la busca en cada obra de la perfección, sabiendo de antemano que esta es imposible de alcanzar.
Contradictoriamente, sin embargo, siempre me empeño en lograr esa perfección, pudiendo ser que en esta lucha sin fin se encuentre la esencia de la vida.
LA ABSTRACCIÓN EN LA PINTURA
A lo largo de mi desempeño en la profesión de la pintura, en un momento dado incursioné con dos obras en la pintura abstracta, haciendo uso de la misma técnica que con el paisajismo, óleo/lienzo y en formatos de 90×125 cm.
Referente a estas dos obras nunca las he comentado, y ni siquiera las he mencionado, salvo en el círculo estrecho de la familia y las amistades, los que además, fueron testigos de la realización de ambas.
Y ahora, haciendo referencia a las mismas, tengo que decir en honor a la verdad, que no puedo quejarme de la acogida recibida por la parte del público que tuvo oportunidad de verlas, ni de su comercialización, ya que ambas se vendieron con rapidez y a un precio satisfactorio. A ambas les tomé fotografías.
Una de esas fotografías creo tenerla localizada, por lo que más adelante la publicaré, y referente a la segunda, cuando logre hacerme con la foto, también tengo la intención de publicarla.
EL RETRATO EN LA PINTURA
Refiriéndome en este caso especificamente a la pintura realista, el retrato también puede formar parte de esta expresión de la pintura, pero con el desarrollo de técnicas difetentes en su realización.
Tomando como ejemplo, una ola y un rostro, en ambos casos se presentan pasajes de colores, de tonos y difuminación, pero las tecnicas para lograr estos son distintas, aún tratándose en ambos casos de pintura realista.
Dicho esto, solo agregar que en el retrato he incursionado una sola vez, y fue un regalo que le hice a Lorena, una de mis nietas al arribar a los quince años. La obra está realizada en un formato de 61×45 cm., con la cual acompaño este artículo. Dándome por satisfecho con solo haber logrado un resultado decoroso con la misma.
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